Generalmente son las tortugas hembras las que
escogen a juzgar por la cantidad que representan respecto a los machos. Para
atraer a una tortuga, la hembra despide algún tipo de hormona y el macho trata
de atraer su atención mediante la realización de movimientos con su cabeza,
incluso mordiendo las aletas de la hembra.
Las tortugas pueden ser criaturas muy afectivas y cariñosas, esta conducta se manifiesta cuando empiezan a aparearse, sin embargo, los rituales de apareamiento varían
de unas especies a otras, en algunos casos las hembras solo emiten sonidos y se
frotan con el posible macho.
En algunas especies, las tortugas
macho son más grandes que las hembras, mientras que en otras especies las
hembras son más grandes. A las tortugas les gusta familiarizarse pasando tiempo
con su posible pareja, ellas pueden incluso coquetear y nadar alrededor de unas
con otras en el agua antes de salir a tierra firme a aparearse. Ellas también
se desplazan en un movimiento como de danza y tratan de atraer a su pareja.
Cuando las tortugas se sienten cómodas unas con otras, la tortuga macho monta a
la hembra desde la parte trasera. Entonces la tortuga macho envuelve su cola alrededor de la cola
de la hembra hasta que se encuentran enlazadas estrechamente.
Dicho proceso
provoca que la hembra sea fertilizada por el macho. Algunas hembras pueden
contener el esperma por un tiempo antes de usarlo para fertilizar sus huevos.